Cerezo de Tijuana Fín de emporio "El pueblito
Cerezo de Tijuana
Fín de emporio "El pueblito
Fín de emporio "El pueblito
Quizá no había otra cárcel como El Pueblito, en Tijuana Baja California, ahí vivían familias completas; se llegó a hablar de hasta 500 esposas de reos, los niños convivían con heroinómanos, prostitutas, narcotraficantes, violadores, homicidas, polleros, inmigrantes, secuestradores.
Según Víctor Clark Alfaro, presidente del Comité Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, esta prisión generaba cerca de 5 millones de dólares anuales, producto de más de 110 negocios que toleraron las administraciones. Ubicado en las avenidas Los Pollos y Los Charcos, en La Mesa, a la cárcel se podía accesar dándoles 100 pesos a los custodios.
Se llegó a decir que un vigilante del penal lograba ganar entre 100 y 600 dólares a la semana. En El Pueblito existía el callejón del Angel, ahí había fruterías, bares, restaurantes, paleterías, reparadoras de calzado y hasta una concesión de Seven Eleven. Todos los jueves se juntaban los reos en este lugar, porque tocaba "cuerda"; es decir, los trasladaban a las islas Marías.
Existía también la zona que los presos llamaban La Plaza, parecida a un zócalo de pueblo. Ahí estaban las canchas de basquetbol por las que circulaban los "baby taxis", donde paseaban los hijos de los prisioneros. En esta zona estaban las "carracas", celdas pertenecientes a los llamados maiceros -los reos bajo cuyo control se encontraba el penal, normalmente narcotraficantes.
Sólo existían 12 "carracas" lujosas por las que los inquilinos llegaban a pagar 45 mil dólares anuales; contaban con jacuzzi, dos baños, dos recámaras, cocina integral, televisión por cable, parabólica...Por mil dólares, según un custodio, se podía conseguir una "carraca" de dos metros por uno, sin baño; por 2 mil quinientos o 3 mil dólares, una con baño, o por 300 dólares rentar una "tabla", un hoyo en forma de sarcófago.
Existía también el pabellón H, el más pobre del penal. Unos 500 reos dormían en el piso.
Entre los reos famosos de El Pueblito estuvieron Antonio Vera Palestina, ex empleado de Jorge Hank Rhon y asesino confeso de Héctor "El Gato" Félix, fundador del semanario Z.
También el narcotraficante Mario Alvarez, quien en el patio asesinó a Salvador González, director del penal.
Estuvo Kai Lui Wang, pollero taiwanés arrestado en 1992, quien puso un restaurante chino en el penal.
El Flaco Araiza, un narcotraficante quien pagaba 50 dólares a cada reo que le cuidaba las espaldas.
También El Chino Payán, quien controlaba una casa de cambio.
Se dice que Los Garrido, junto con El Zurdo, fueron los últimos en disputar la supremacía del penal, ambos vinculados con los Arellano Félix