Adicción a la droga sintética crystal, llevó a asesinar a su hija
El efecto de la droga crystal se convirtió en alucinación, la alucinación en muerte y la muerte dejó marcada la tragedia en el poblado de La Presa, donde la mañana de hoy un padre paranoico, Gabriel Chávez Mojica, de 34 años, mató a su hija Ana Gabriela Chávez Pacheco, de apenas tres meses de nacida.
“Sabemos que se drogaba y estaba todo tatuado, pero hasta donde sé nunca había tenido una actitud tan violenta como esta; no sabemos porque actúo así”, expresó afligida y con lágrimas Nicolasa Mojica Hernández, tía de Gabriel.La antesala de la desgracia inició alrededor de las 23:00 horas del miércoles, cuando el desquiciado hombre se provocó una herida con arma blanca en el brazo izquierdo, ya intoxicado con drogas.
Después de su violenta acción fue llevado a la Cruz Roja por unos de sus familiares, y al regresar a su vivienda, empezó a discutir con su esposa, Anabel Pacheco Ruiz, de 24 años, quien ahora está muerta en vida pues es la más afectada en esta historia.Gabriel alucinó que en el nosocomio su cónyuge coqueteó con un hombre, cuando de acuerdo a sus propios tíos, la mujer ni siquiera asistió a dicho lugar.
“Desde anoche estuvo muy agresivo y se cortó en el brazo; lo llevamos al hospital y empezó a discutir con su esposa, después llegó corriendo a la casa y decía que alguien lo perseguía, pero mi hijo y yo nos dimos cuenta que no era nada, nadie lo siguió”, expuso Librado Mojica Hernández, de 40 años, tío de Gabriel.Chávez Mojica creó en su mente una historia de celos y desengaños, que combinada con los endiablados efectos del crystal, lo llevaron a tomar una solución mortal: Dejar encerrada a su esposa y salir con su hija, para matarla y luego suicidarse.En ese abstracto pensamiento, figuró que la niña no era propia y por lo tanto, Anabel lo había engañado; razones que consideró suficientes para preferir la muerte.
“La niña no tiene la culpa, no hagas eso...pero ya no pude hacer nada, no entendía, por eso dejé entrar a la Policía y ya después no supe que pasó hasta que miré muerto a mi sobrino y a la niña”, fueron las últimas palabras de Librado a su sobrino, en su intento por impedir la tragedia.Fuera de sí y al escuchar las sirenas policiacas, solicitadas por Anabel, Gabriel se encerró en un cuarto con su hija, la degolló con un cuchillo y después se encerró en el baño con la idea de suicidarse.
Pero aún con ese pensamiento de auto destrucción, intentó enfrentar a los agentes policiacos luego de provocarse una herida en el cuello, por lo que uno de los efectivos le disparó en ocasiones a Gabriel, ayudándolo a terminar con su mortal alucinación para siempre.Nota Publicada: 10/2/2005 18:19 pm..
“Sabemos que se drogaba y estaba todo tatuado, pero hasta donde sé nunca había tenido una actitud tan violenta como esta; no sabemos porque actúo así”, expresó afligida y con lágrimas Nicolasa Mojica Hernández, tía de Gabriel.La antesala de la desgracia inició alrededor de las 23:00 horas del miércoles, cuando el desquiciado hombre se provocó una herida con arma blanca en el brazo izquierdo, ya intoxicado con drogas.
Después de su violenta acción fue llevado a la Cruz Roja por unos de sus familiares, y al regresar a su vivienda, empezó a discutir con su esposa, Anabel Pacheco Ruiz, de 24 años, quien ahora está muerta en vida pues es la más afectada en esta historia.Gabriel alucinó que en el nosocomio su cónyuge coqueteó con un hombre, cuando de acuerdo a sus propios tíos, la mujer ni siquiera asistió a dicho lugar.
“Desde anoche estuvo muy agresivo y se cortó en el brazo; lo llevamos al hospital y empezó a discutir con su esposa, después llegó corriendo a la casa y decía que alguien lo perseguía, pero mi hijo y yo nos dimos cuenta que no era nada, nadie lo siguió”, expuso Librado Mojica Hernández, de 40 años, tío de Gabriel.Chávez Mojica creó en su mente una historia de celos y desengaños, que combinada con los endiablados efectos del crystal, lo llevaron a tomar una solución mortal: Dejar encerrada a su esposa y salir con su hija, para matarla y luego suicidarse.En ese abstracto pensamiento, figuró que la niña no era propia y por lo tanto, Anabel lo había engañado; razones que consideró suficientes para preferir la muerte.
“La niña no tiene la culpa, no hagas eso...pero ya no pude hacer nada, no entendía, por eso dejé entrar a la Policía y ya después no supe que pasó hasta que miré muerto a mi sobrino y a la niña”, fueron las últimas palabras de Librado a su sobrino, en su intento por impedir la tragedia.Fuera de sí y al escuchar las sirenas policiacas, solicitadas por Anabel, Gabriel se encerró en un cuarto con su hija, la degolló con un cuchillo y después se encerró en el baño con la idea de suicidarse.
Pero aún con ese pensamiento de auto destrucción, intentó enfrentar a los agentes policiacos luego de provocarse una herida en el cuello, por lo que uno de los efectivos le disparó en ocasiones a Gabriel, ayudándolo a terminar con su mortal alucinación para siempre.Nota Publicada: 10/2/2005 18:19 pm..
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